La arquitectura bioclimática y las casas del futuro

La arquitectura bioclimática y las casas del futuro

Cerca de un 36% del consumo energético del planeta se produce en el sector de la construcción. Las edificaciones, además, son responsables de un 40% del total de emisiones de CO2 que se emiten en el mundo según los datos de la Agencia Internacional de la Energía (IRENA). Es por este motivo que la transición energética necesita, de manera urgente, acelerar el modelo de edificación a uno que impulse las infraestructuras sostenibles y carbono neutrales. Este modelo de construcción se denomina arquitectura bioclimática y sus proyectos son una pieza fundamental para frenar el cambio climático. En este artículo vamos a conocer sobre la importancia de esta tipología de edificación.

Una de las claves de la arquitectura bioclimática es la energía solar por ello instalar placas solares en tu vivienda o empresa es uno de los pasos más fáciles y de mayor rendimiento hacia la transición energética y el uso de las energías renovables.

 

¿Qué es la Arquitectura Bioclimática?

Entendemos por arquitectura bioclimática la construcción de edificios que han sido diseñados teniendo en cuenta el clima del lugar, reduciendo su impacto ambiental, aprovechando recursos locales y con la máxima eficiencia energética posible.

Sus principales características son el uso de elementos que se adaptan al entorno, de materiales de construcción de proximidad (o kilómetro cero), así como un diseño respetuoso con el medio ambiente que incluya árboles y/o plantas, es decir, que no haga resaltar la construcción frente a elementos naturales. Por lo tanto, se trata de una arquitectura “verde”, que además se diferencia de la denominada “sostenible” porque precisa un estudio detallado del clima, a diferencia de esta última.

Los principios de esta tipología de arquitectura, por lo tanto, son el clima y la ubicación, la eficiencia energética, que incluye captación solar y aislamiento para minimizar la pérdida de confort térmico, y la ventilación regulada de manera natural. Todos estos principios tienen el mismo objetivo; lograr que, sin recurrir a equipos mecánicos y/o eléctricos, la casa autorregule su temperatura para obtener el confort. Para ello se busca aprovechar al máximo los recursos naturales y así reducir el consumo de energía eléctrica, que de otro modo puede proceder de paneles solares. El aislamiento térmico se consigue con cierres herméticos en ventanas y puertas, las mismas que formarán parte de la ventilación cruzada, una manera de hacer que el aire de la instalación se renueve constantemente y de manera natural, mejorando las condiciones climáticas de su interior.

Aunque parezca una tendencia moderna, el origen de esta forma de construir se data en la antigüedad. En el siglo V a.C., el filósofo Sócrates fue el primero en anticipar cómo debían diseñarse las casas, con un texto que afirmaba que “es más agradable tener la casa fresca en verano y cálida en invierno”. A partir de esta afirmación, comenzó la defensa de construir casas considerando la incidencia del sol. Más tarde, fue el Imperio Romano el que desglosó los que fueron los principios de la arquitectura bioclimática que se utilizarían a lo largo de su territorio.

 

¿Cómo funciona una vivienda bioclimática?

La arquitectura bioclimática contempla el tipo de clima y adapta los espacios de la edificación a él.

En primer lugar, en climas fríos, los espacios más grandes deben orientarse hacia el sur y contar con la mayor superficie posible acristalada, que permita el paso de la luz para calentar el ambiente.

En segundo lugar, en climas cálidos, la arquitectura busca minimizar la cantidad de estancias orientadas hacia el sur y con menos luminosidad, de modo que la sombra refresque las estancias.

La vegetación juega un papel fundamental. Los árboles y las plantas en el exterior de la edificación crearán un microclima que, a su vez, aportará un ambiente de naturaleza. Todo ello sumado permite que las edificaciones bioclimáticas aporten un confort total en cuanto a sensaciones térmicas y de entorno con la naturaleza.

 

¿Qué materiales se usan y cómo se aprovecha el viento?

Los edificios bioclimáticos se construyen con materiales naturales como el bambú, la madera, la tierra o la piedra, entre otros, y con materiales procesados como el poliestireno, un polímero termoplástico con muy buenas propiedades de aislamiento térmico.

A parte de este tipo de materiales, no hay que olvidar el rol de las plantas, como hemos visto líneas arriba. Colocadas de manera estratégica, pueden ayudar a proteger del frio del viento hibernal u ofrecer sombra en verano. Además, controlan la erosión y embellecen el lugar.

La ventilación cruzada natural es la aplicación que ayudará a aprovechar el viento. A partir de dos aberturas en un mismo espacio y con paredes opuestas o adyacentes, el aire podrá fluir de manera natural. Esta ventilación es sumamente importante para refrescar las estancias en verano o en lugares muy cálidos, ya que reducirá la temperatura media de la estancia ayudando a mejorar el confort térmico.

Sabiendo que las corrientes de aire más calurosas proceden de las orientaciones al sur de las viviendas, así como que el aire caliente tiende a subir, para aprovechar la ventilación cruzada natural es importante instalar ventanas y puertas en la fachada sur, ya que es ahí desde donde se pretenderá extraer el aire caliente del interior del hogar. Del mismo modo, el aire del exterior deberá entrar por las ventanas situadas al norte de la vivienda.

 

Urbanismo bioclimático y la casa del futuro

Una vez entendidos los principios de la arquitectura bioclimática, podemos intuir qué es el urbanismo bioclimático. Se trata de una planificación racional e integral de un territorio en el que sus construcciones de viviendas y edificios formarán un diseño coherente con los principios de la arquitectura bioclimática. Es decir, un entorno confortable a nivel térmico, agradable a nivel de impacto ambiental, en el que todas las edificaciones se han diseñado considerando los factores fundamentales del clima, tales como temperatura, humedad, viento y cualquier otro asociado a él.

La tendencia es que, en un futuro próximo, cada vez más edificaciones seas construidas bajo estos principios, tanto las privadas como las públicas. A día de hoy es evidente la apuesta por este urbanismo bioclimático por parte de numerosos ayuntamientos, que buscan aumentar las “zonas verdes” y la construcción de edificios públicos con altos niveles de eficiencia energética, paneles solares e incluso ventilación cruzada cuando se puede.

La “casa del futuro”, por lo tanto, será la que considere todos estos principios que hemos visto en este artículo.

  1. Ventilación cruzada y aislamiento térmico, de modo que se logre la máxima eficiencia para mantener la temperatura interior.
  2. Energías renovables, especialmente la energía solar con placas fotovoltaicas y sistemas tipo aerotermia, por ejemplo.
  3. Correcta orientación de la construcción para aprovechar al máximo las horas de luz disponibles, minimizando la necesidad de uso de luz artificial.
  4. Construcción con el máximo posible de materiales naturales, reciclados y de proximidad cero.
  5. Instalación de elementos exteriores que ayuden, con sombras, a mantener la temperatura. Pueden ser toldos, persianas, pérgolas, cornisas etc.
  6. Pintar la edificación con colores que vayan acorde. Los claros reflejarán la luz y harán las estancias más grandes y frescas, mientras que los oscuros absorberán el calor aumentando la temperatura de la estancia. De igual modo, el exterior se puede pintar con colores que encajen con el entorno.
  7. Contar con espacios “verdes”, ya sean terrazas, jardines o ventanas con plantas. La vegetación crea un ecosistema natural, protege del calor y aumenta la sensación de confort.

La arquitectura bioclimática se encuentra cada vez más presente entre nosotros. Es parte de la transición energética, dado que para paliar los efectos del cambio climático debemos minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero y la huella hídrica de nuestras viviendas y edificios.

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Enel X Way presenta proyectos que vienen impulsando el Transporte Sostenible en el Perú

Enel X Way presenta proyectos que vienen impulsando el Transporte Sostenible en el Perú

Lima, 10 de mayo de 2023.- Enel X Way, línea global de negocios del Grupo Enel dedicada exclusivamente a la movilidad eléctrica, presentó la gama de proyectos en los que viene trabajando en el Perú para lograr el impulso de la electromovilidad. En el marco del evento “Transporte Sostenible”, Alex Ascón, Gerente General de Enel X Way presentó “El presente y la apuesta de Enel X Way por la movilidad eléctrica”, destacando servicios integrales como charging as a service y spot sales, y cómo se vienen implementando en diferentes sectores del país.

“Tenemos como meta coberturar toda la costa con cargadores en un año y medio, lo que cambiará totalmente la visión sobre movilidad eléctrica en el país”, señaló Alex Ascón, Gerente General de Enel X Way Perú. Para esto, es necesario el compromiso de diferentes sectores en el país, mencionó el ejecutivo.

Se destacó que la empresa se encuentra en el proceso de construcción del primer patio de recarga para camiones 100% eléctricos de su cliente DP World.

Entre otros proyectos presentados se destacó la instalación de dos nuevos cargadores para vehículos eléctricos en la sede principal de BBVA ubicado en San Isidro. Se trata de un hito para el sector de la banca y el eléctrico puesto que es la primera entidad financiera del Perú que cuenta con esta tecnología en sus instalaciones. La construcción instalada consta de dos cargadores WayBox de 7.4 kilovatios (KW), que poseen un cable incluido de entrada tipo 2. Ello le permite que se obtenga un 50% de recarga por lo menos en 2 horas y media.

Por el lado de las soluciones 360° Charging as a Service se destacó el acuerdo firmado entre Enel X Way y la concesionaria de la red vial 4, AUNOR (Autopista del Norte), por la instalación de la primera red de carga eléctrica rápida en la Panamericana Norte, la que permitirá conectar las ciudades de Lima y Trujillo. La red de carga eléctrica contará con 19 cargadores, entre los que se encuentran 5 cargadores WayPump de 60kw, que permitirán cargar el 80 % de la batería de la flota vehicular de AUNOR en aproximadamente 40-45mins, y al 100 % en aproximadamente 1 hora. Asimismo, se implementarán 14 cargadores WayBox que permitirán cargar al 100 % una batería en un rango de 5 a 7 horas aproximadamente; lo que permitirá abastecer 14 vehículos.

Asimismo, se resaltó la solución de recarga que Enel X Way ofrece a la minera Condestable: un Fast-charger 150K, cargador que facilita el uso de un camión eléctrico de 40 tn bruta – 25 tn neta, para una operación de minería subterránea, llegando a evitar más de 54 toneladas de CO2 al año.

Alex Ascón también destacó que entre los proyectos a largo plazo se encuentran los Hubs de recarga, que involucran la implementación de infraestructura, cargadores y financiamiento.

Estos y otros proyectos más en los que viene trabajando la empresa, buscan seguir impulsando la movilidad eléctrica en el Perú, con el objetivo de lograr la transición energética en un sector tan importante como es el del transporte.

Movilidad sostenible

Movilidad sostenible

La manera en cómo nos movilizamos está cambiando. Alrededor del mundo cada día surgen nuevas iniciativas que abren el espacio a innovadoras maneras de transporte más sostenibles, las cuales aportan a mejorar la calidad del aire de nuestras ciudades, a contribuir al cuidado del medio ambiente, y por ende a mejorar la calidad de vida de las personas.  Se estima que para el año 2020 la demanda de autobuses dominará el mercado a nivel global, incluso los informes más ambiciosos se atreven a pensar que para el 2040, el 80% de la flota mundial de autobuses municipales será eléctrica, o al menos así lo refleja el más reciente estudio de BNEF (Bloomberg New Energy Finance).

BOGOTÁ PIONERA EN MOVILIDAD ELÉCTRICA

Bogotá no ha sido ajena a esta realidad. Como compañías del Grupo Enel Colombia, con el propósito de hacer de nuestra capital una ciudad inteligente, que sea referente en América Latina, hemos creado, desarrollado e implementado iniciativas que permitan una movilidad más limpia y saludable. Un ejemplo de esto es el Bus Articulado 100% eléctrico que hemos puesto en circulación en la ciudad, un plan piloto que ha sido posible llevar a cabo gracias al apoyo en conjunto con la Alcaldía de Bogotá y Transmilenio. Este es sin duda uno de los grandes avances en cuanto a la sostenibilidad eléctrica en Colombia ya que no sólo es el primero de su tipo en todo el mundo, sino que también genera un impacto importante en el mejoramiento del medio ambiente y de la calidad del aire de la ciudad: al día de hoy en sus más de 260 días de operación ha dejado de producir alrededor de 84 toneladas de CO2. (cifras de junio 2018).

Estamos convencidos que la movilidad eléctrica es la alternativa que nos permitirá avanzar en el mejoramiento de la calidad de vida en nuestras ciudades. Esto nos motivó a en 2014 implementar el primer plan piloto de 40 taxis completamente eléctricos, siendo hasta el momento la flota de transporte público más amplia de toda América Latina. Para estos taxis, hay dispuestas 4 estaciones de recarga con 34 puntos de conexión con una capacidad instalada para atender 308 vehículos al día, esto con el fin de poder satisfacer la demanda a medida que los taxis eléctricos aumentan.

Pero este ejemplo que hemos venido dando no se limita exclusivamente al transporte público, en pro de una movilidad más limpia, en la ciudad de Bogotá se mueven cada vez más vehículos eléctricos, y en aras de poder satisfacer la demanda, nosotros como empresas del Grupo Enel Colombia, hemos venido trabajado para brindar cada vez un mejor servicio a la ciudad, entregando más de 15 puntos de carga, que son instalaciones eléctricas sostenibles.

En el segundo semestre de este año, en conjunto con Bicycle Capital, Supermercados Carulla y el patrocinio de Scotiabank Colpatria, lanzamos el programa de sharing de bicicletas electricas llamado BiciCo, en la cual a través de una aplicación mobile las personas pueden alquilar bicicletas eléctricas para desplazarse por la ciudad.

COMPROMETIDOS DESDE EL CORAZÓN

Como compañía pensamos que debemos ser ejemplo de responsabilidad, es por esto que motivando a nuestros empleados para que sean los principales embajadores de la movilidad sostenible, pusimos en marcha el programa ECOCAR, con el cual 20 de nuestros colaboradores tuvieron acceso a  la adquisición de un vehículo eléctrico Renault, que les ha permitido mejorar notablemente su calidad de vida, disminuyendo las emisiones de CO2 en la ciudad, y ofreciéndoles la posibilidad de desplazarse libremente por la ciudad, en el horario que deseen.

En este mismo sentido, hemos querido impactar en su totalidad a los trabajadores de nuestras compañías, por lo que hemos dado inicio al programa MoverNos. Con esta iniciativa buscamos generar hábitos de transporte que sean amigables con el medio ambiente, con la salud y con la movilidad de la ciudad, por lo que el programa invita a los empleados de nuestras compañías a usar carro o taxi compartido, bicicleta o a caminar para desplazarse de la casa a la oficina.

De igual manera hemos logramos dar continuidad por más de siete años al programa E bike to work, en donde contamos con una flota de 48 bicicletas eléctricas que ha beneficiado a más de 300 empleados de la organización, sumando más de 11.600 desplazamientos. El aprendizaje positivo de esta experiencia nos impulsó a implementar este concepto de bicicletas compartidas a nivel externo.

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Ciudades Circulares en Latinoamérica: estudio destaca nuevos proyectos de desarrollo urbano sostenible

Ciudades Circulares en Latinoamérica: estudio destaca nuevos proyectos de desarrollo urbano sostenible

Ante la necesidad de promover buenas prácticas socioambientales, el Centro de Innovación de Ciudades de la Facultad de Arquitectura de la Universidad del Desarrollo (UDD) de Chile y Enel se unieron para diseñar un marco de referencia en esta materia para las ciudades de América Latina y el Caribe.

La propuesta sugiere 16 pasos a los gobiernos locales para avanzar desde los modelos lineales hacia la circularidad, mejorando la calidad de vida de sus habitantes y enfrentando el desafío climático actual ¿Cómo empezar? La clave está en enfocarse en la elaboración de una visión, caracterizar la economía circular de la ciudad y establecer una gobernanza.

Desde el año pasado, Enel Distribución implementa el primer proyecto de fabricación de postes de hormigón con áridos reciclados. La iniciativa contempla la producción de 500 postes en distintos puntos de su zona de concesión, con la misma capacidad y durabilidad que los tradicionales, y se estima que permitirá evitar la disposición final de 5 mil toneladas de hormigón al año, reduciendo el consumo de materiales vírgenes proveniente de canteras y ríos.

En esa línea, ya son muchos los proyectos en diferentes ciudades y capitales de la región que contribuyen a la implementación de iniciativas circulares, favoreciendo un modelo de producción y consumo más sostenible. La firma de la Declaración de Ciudades Circulares de América Latina y el Caribe en 2021, reflejó justamente ese fenómeno, reuniendo a distintos actores de centros urbanos que reconocen la urgencia de la crisis medioambiental y se comprometen con un conjunto de medidas para avanzar hacia una transición urbana con miras a la sostenibilidad.

¿Cómo avanzar más rápidamente hacia ese nuevo paradigma sostenible? Enel y el Centro de Innovación de Ciudades de la Facultad de Arquitectura de la Universidad del Desarrollo (UDD) se unieron para proponer un marco de referencia para las ciudades firmantes de la Declaración de Ciudades Circulares de América Latina y del Caribe, orientado a que cada una pueda realizar un diagnóstico de sus avances y revisar casos de buenas prácticas.

Se trata de un documento que propone 16 pasos concretos y distintas líneas de trabajo para avanzar hacia la circularidad urbana divididos en tres etapas: definir un enfoque, diseñar una estrategia y ejecutar acciones. Además, destaca casos de éxito implementados en Quillota, Santiago, Buenos Aires, Bogotá, Lima y Ciudad de México, entro otros centros urbanos.

“Estamos orgullosos de poder presentar los resultados de este nuevo estudio sobre circularidad. Sabemos que el trabajo conjunto es clave para lograr un equilibrio entre el progreso y la salud del planeta. En la búsqueda de soluciones y llamados a la acción, todos cumplimos un rol: las empresas, de integrar la sostenibilidad a nivel estratégico, las autoridades, para fomentar políticas públicas que fomenten esta nueva forma de desarrollo, la academia para lograr una visión compartida que permita acercarnos a resultados concretos”, apunta Fabrizio Barderi, gerente general de Enel Chile.

La etapa inicial para aproximarse a la circularidad urbana, según el estudio, es una fase de enfoque, que se traduce en la formulación de acuerdos iniciales para asegurar un proceso inclusivo, la construcción de equipos y gobernanza, el relevamiento de iniciativas existentes, la contratación de posibles estudios que permitan analizar el contexto y la elaboración de una visión compartida identificando objetivos y metas a mediano y largo plazo.

“Sabemos que las ciudades son los sistemas físicos que hemos desarrollado como sociedad para habitar el planeta. Pero llevamos siglos, desde la Revolución Industrial, generando gran cantidad de innovaciones, con resultados que han tenido impacto directo sobre la naturaleza. La circularidad es una característica propia de todos los sistemas naturales. Nosotros tenemos la tarea de avanzar creando tecnologías en línea con ese principio original, que nos permitan redefinir nuestra manera de funcionar”, comenta Francisca Astaburuaga, directora del Centro de Innovación en Ciudades de la Facultad de Arquitectura y Arte UDD.

El documento y los 16 pasos propuestos para avanzar en materia de desarrollo urbano sostenible ya están disponible para consulta y descarga en https://www.enel.cl/es/sostenibilidad/economia-circular/ciudades-circulares/publicaciones.html. Su objetivo es promover un esquema de economía circular, basado en insumos de materiales y de energía renovables, alargando la vida de los bienes, compartiendo y cerrando ciclos, siempre con miras a crear una visión compartida de ciudad que ponga en el centro la calidad de vida de las personas y el cuidado del planeta para un desarrollo sostenible.

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Electricidad: cuánto más gasta un aire que un ventilador y cómo refrescar la casa al menor costo

Electricidad: cuánto más gasta un aire que un ventilador y cómo refrescar la casa al menor costo

Tras las quitas de subsidios, usar en exceso los acondicionadores puede impactar fuerte en la factura. Consejos para ahorrar energía.

Pasar del ventilador al aire acondicionado trae sin dudas un salto de confort en días agobiantes como los actuales. Pero si no se toman ciertas precauciones, esto puede causar otro salto nada agradable: el del monto a pagar en la próxima factura de electricidad.

La advertencia vale para todos, pero muy en especial para los usuarios de “altos ingresos” que sufrieron en febrero una nueva quita de subsidios y que ya pagan por la energía más del doble que a mediados de 2022. También para quienes renunciaron a la ayuda estatal para poder seguir comprando dólares.

Sucede que los aires suelen ser en esta época, por lejos, los aparatos que más electricidad gastan en el hogar. Pero concretamente, ¿cuánto dispara el consumo reemplazar un ventilador por un acondicionador de aire?

La respuesta es siempre que mucho. Aunque podrá ser algo mayor o menor según la capacidad del aire que se analice y según su nivel de eficiencia energética.

Aire acondicionado vs. ventilador: los consumos de electricidad, frente a frente

Según datos del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), un ventilador de techo tiene un consumo básico de 60 watts hora (Wh). Un modelo de pie, en tanto, gasta cada 60 minutos unos 90 Wh.

“Los ventiladores hogareños consumen un promedio de entre 40 y 120 Wh de energía eléctrica y los ventiladores Industriales entre 120 y 280 Wh, dependiendo del modelo”, confirmaron en Liliana, un conocido fabricante de estos aparatos.

¿Cuánto más que esto, entonces, puede consumir un aire acondicionado? Según las mediciones del ENRE, un modelo común de 2.200 frigorías gasta 1013 Wh, uno de 3.500 frigorías 1.613 Wh y uno de 4.500 frigorías 2.153 Wh. Así, frente a los 75 Wh que promedia un ventilador hogareño, el gasto de energía de un aire es 12 a 27 veces mayor.

La brecha, sin embargo, se reduce si el aire tiene la tecnología Inverter, que es mucho más eficiente. En esos casos, un aire de 2.200 frigorías consume sólo 658 Wh, uno de 3.500 frigorías 1.048 Wh y los de 4.500 frigorías 1.365 Wh, según el ENRE.

Por lo cual, incluso los aires que mejor aprovechan la energía terminan gastando entre 8 y 17 veces más que los 75 Wh de un ventilador promedio.

El uso combinado, la mejor opción

Teniendo en cuenta estas enormes diferencias, lo que aconsejan los expertos para moderar el gasto de electricidad es combinar inteligentemente las dos herramientas, en vez de usar el aire todo el tiempo.

Según Salvador Gil y Leila Iannelli, expertos en Eficiencia Energética de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), lo ideal es prender el aire únicamente cuando afuera la temperatura sea de 30° o más.

En cambio, si el termómetro está por debajo de 30° -como sucede casi todas las noches-, para sentirse bien bastará con usar un ventilador o un climatizador evaporativo. Así lo plantearon en un paper reciente titulado Acondicionamiento térmico de interiores, medidas de bajo costo para períodos estivales.

“Los ventiladores de pie o de techo son excelentes dispositivos de refrescamiento en días no muy cálidos. Tienen la ventaja que pueden usarse en recintos internos o externos (como galerías y patios), y además tienen un bajo consumo”, destacaron.

“Para una familia es clara la ventaja de adoptar estas pautas de uso racional de la energía, por su impacto en las facturas”, concluyeron los especialistas de la UNSAM.

Desde Liliana, en igual sentido, remarcaron que los ventiladores no sólo ayudan a mejorar la calidad del aire en los ambientes, sino que consiguen “un descenso en la sensación térmica de entre 5° y 6°, en muchos casos suficiente para lograr una agradable sensación de frescura”.

“En contrapartida -advirtieron-, un uso inadecuado del aire acondicionado puede provocar resfrío, catarro o procesos bronquiolíticos, propios del enfriamiento corporal excesivo al dormir y de los cambios bruscos de temperatura al salir al exterior, como así también ciertas dermatitis e irritación de los ojos y la garganta, debido a la sequedad ambiental.”

¿Cómo usar el aire acondicionado gastando menos energía?

En una nota reciente, expertos dieron a Clarín estos consejos prácticos para que los aires consuman menos energía y enfríen mejor:

-Limpiar los filtros cada 30 días. De lo contrario, el compresor deberá funcionar por más tiempo para alcanzar la temperatura deseada, lo que elevará el consumo.

-Aislar muy bien los ambientes. Además de cerrar puertas y ventanas, bloquear todas las hendijas y grietas que suele haber en las ventanas, taparrollos y cerramientos. Y colocar burletes.

-Reducir el ingreso de luz solar. Usar para eso cortinas de colores claros, así como persianas, parasoles, toldos o postigos en las ventanas expuestas al sol.

-Fijar una temperatura moderada. Con ropa liviana la mayoría de las personas pueden sentirse cómodas a 25° de día y a 27° mientras duermen. Sólo subir el aire de 24° a 25° ahorra un 34% de energía; en cambio, por cada grado que se baja el consumo crece 30%.

-No intentar apurar bajando grados. Programar el aire en 18° al llegar al hogar no logra que el ambiente se enfríe más rápido. Si se lo fija en 25°, igual funcionará a máxima potencia hasta alcanzar la meta, sin riesgo de terminar enfriando de más.

-Si el aire es obsoleto, cambiarlo. Aconsejan reemplazar cuanto antes equipos antiguos que no tengan etiqueta de eficiencia energética o que estén marcados con las letras B, C, D, E o inferiores. Hoy los más eficientes son los de clase A o superior (hay hasta A+++) con compresor Inverter, que logran ahorros energéticos del 35% al 50% frente a los tradicionales.